“OPCIONES POLÍTICAS. PARTIDOS POLÍTICOS”

Por Luis C. García Correa
Considero a la política como un honesto servicio, las 24 horas del día, a la comunidad, al pueblo sin pedir nada a cambio. Así traté de llevar mi etapa como político en mi ciudad.
Creo que todo el que trabaja se merece un sueldo justo, honesto y verdadero.
Considero que en política el sueldo debe de ser capaz de permitir vivir normalmente. “¡¡¡Jamás privilegios!!!” Ya es un enorme privilegio servir a la comunidad.
Servir a la comunidad se convierte en santidad si se sirve con honestidad y lealtad, por amor a la gente.
Servir honestamente a la comunidad, como político, es un gran honor y la gran posibilidad de servir con humildad, en total disponibilidad y en contacto directo con el pueblo al que se sirve.
“¡La ciencia infusa no la tenemos los políticos!”
Moriré siendo político.
¿Cómo saben los políticos las necesidades del pueblo, si el pueblo no se lo dice? Lo contrario, es creerse un iluminado.
En política el iluminado no existe.
Administrar los sagrados bienes de la comunidad es un honor y una gran responsabilidad llena de esperanza en mejorar y enriquecer la vida de la comunidad.
La vida es mucho más simple de la maraña en la que la estamos convirtiendo.
Alterar el ritmo normal, personal y social por personalismos de iluminados, nos arrastra al caos personal y social con consecuencias locales inmediatas, y hasta con efectos nacionales.
Los iluminados en la política, si tienen autoridad y abusan de ella, crean unos perjuicios personales, sociales y nacionales capaces de dañar a toda una generación
La capacidad decisoria de un iluminado con autoridad, y poder, atrae al mal con premeditación y alevosía. En una sociedad individualista crea problemas inimaginables.
Las opciones políticas deben ser un reflejo real de las necesidades de la sociedad. Y no querer imponer las propias ideas por creer que son las únicas verdaderamente ideales.
Los partidos políticos son una consecuencia del comportamiento social.
Los partidos políticos son una consecuencia del pasotismo y del individualismo como también del activismo y de la honestidad de esa sociedad.
“¡El diálogo humilde y honesto con la gente consigue llegar con facilidad a la realidad, cuando hay una honesta unión y participación de la sociedad!”
La deshonestidad invade, con gran facilidad, a toda una sociedad, si no hay un pueblo unido, honesto y participativo. Así la corrupción puede llegar a tarar a toda una generación.
“¡La deshonestidad, si no se combate y ataca, arrasa a todo un pueblo y lo lleva a la corrupción, poniéndolo en camino de la autodestrucción!”
Contra la autodestrucción por corrupción lo único que la puede parar, detener el signo atroz de la corrupción, es la honestidad vivida plenamente por ese pueblo. Como consecuencia los partidos políticos serán, de verdad, representantes de ese pueblo unido y participativo.


“¡¡¡Las opciones políticas y los partidos políticos son lo que son según el pueblo que los creó!!!”

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