Las docenas: patrón de todo lo creado.

Por Antonio Domínguez
La palabra en el pensamiento genuino es siempre con compromiso cuando quiere viajar al conocimiento y sus aliados o es conquistado por estos entes para que viaje. En todos los casos es el conocimiento el que tiende esa vía que invita a transitar al verdadero pensamiento. El conocimiento en su deseo compulsivo de más y más, utiliza la palabra que por sí sola es un invento. Por tanto, conocimiento para subyugar e involucrar al pensamiento. Pero al fin todo es inútil. Bueno, todo no es inútil, digamos que al pensamiento difícilmente, aún por muy floridas que estén las sendas, en el camino de la palabra, andará a transitarlas si no le hace verdadera falta. Por ejemplarizar más esta casera teoría y antes de entrar en inverosimilitudes mayores, cuando hay un peligro repentino frente al cual no se sabe qué hacer, se quedan pétreos el conocimiento y su pensamiento y razón. Cuando se hace un viaje entre lo desconocido: jungla, selva amazónica, o sea, entre, de lo que se es ignorante; “hay otro cerebro” que se sirve de los sentidos y es el básico; capaz de sintetizar rápidamente ante la situación, porque su comprensión es directa: no necesita calcular. En casos de apuros es fatal comparar nuevas situaciones con prejuicios (que los son todos los conocimientos como juicios que ya se han hecho y establecido) ante lo que demanda urgencia, porque mientras se hace así ya mordió la serpiente, o cayó el puente, o el león está encima, etc.
“Me quita el juicio” y me causa gran extrañeza y admiración la definición “lógica” que nos da la academia de la palabra prejuicio: “opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal”. Lo que mas o menos viene a decir: opinión corriente admitida sin razón. Yo me atrevería sin mucho temor al destartale logístico, a decir que ese recado que nos manda “la matajuicios” va mas allá del juicio y nunca es un prejuicio sino un perjuicio del juicio. 
¿Cómo es que se ignora que todos los juicios (de la lógica de cualquier psiquis) pasados, presentes y futuribles tienen que llevar necesariamente el prefijo pre y solo se le añade ese “pre” al juicio que se hace de lo futuro, y solo se lleva “al amasijo” al prejuicio en los futuribles de mala manera, lo cual se queda en per-juicio y ridiculización del juicio? ¡SÍ! Prejuicio debe tener una acepción para todos los juicios hechos en pasado. Kant dijo que “el juicio en general es la facultad de pensar en particular como cometido en el general”; sin darse cuenta que estaba hablando de mimetismo intelectual, dejando los juicios a la altura del betún. También dijo (lo tomamos como referencia): “Los juicios sintéticos a priori no provienen de la experiencia sino del entendimiento”. Se le olvidó decir que el entendimiento en cualquier nivel, es producto del conocimiento reciclado al nivel que en un momento dado está sirviendo al entendimiento y viceversa; así mismo el entendimiento fortalece al conocimiento en el acto. Sus relaciones son empíricas y totalmente experienciadas ¡siempre!, por lo mismo. Que son sintéticos: ¡es verdad! Porque parten de las síntesis a las que ha llegado cualquier conocimiento; pero que son a priori, eso, es una mentira gordísima; sin olvidarnos de los juicios teóricos incluso, a fuerza de embrollar, lo cuales empiezan en la tesis, “se depuran” en las o con las antítesis y se consuman en las síntesis, y siempre son de acuerdo a su desarrollo, en la necesidad, la capacidad (¡y no sé que mas pudiera faltar!) del individuo en el espacio y en el tiempo, así por separado. No decimos nada del espacio-tiempo; en ese concepto se presentan unos líos, cacaos y carajeras, a las que tienen verdadero acceso, solo cuatro o cinco personas en este mundo.
Por eso creemos y decimos basándonos y ayudándonos de los resbalones de Kant, refutado hoy en día casi al total, que, los prejuicios filosóficamente hablando no se deben circunscribir en el tiempo, solo en presente que enjuicia futuro; sino que se había de hacer extensivo ese concepto a todo tiempo: especialmente al pasado. Esto es: un prejuicio partió de las síntesis del juicio previamente establecidas; se estableció a su llegada nuevamente como juicio mas elaborado, en cualquier momento después de haber peregrinado por las antítesis llega remozado, cuando no cambiado, por reforzamiento de la síntesis para sentar nuevas bases psicológicas personales –o de simple lógica- para volver a formar y formular prejuicios que acabarán en síntesis: donde tomarán base nuevas preguntas (prejuicios) y así etc. como en la teoría de los círculos, o la regla de tres directa que va de mas a mas.
A lo que llama la academia prejuicios, alejándoles de los juicios, tendrían mas acotejo esos conceptos enriqueciendo a otros, responsabilizando a otras voces: admoniciones, juicios a priori ¡aquí sí! Elucubraciones etc. Ríase usted cuanto le dé la gana ¡está en su derecho!. Yo me siento bien echando grandes cachos de carne al asador ¿podrida? La verdad que no se entiende mucho el trabajo de los académicos; ¿Que hacen, que comen y cuando duermen?

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