La Oración

Por Luis C. García Correa
Decía el impresionante Doctor de la Iglesia San Agustín y referido a la oración, que era como una conversación con Padre Dios. “Cuando lees, Padre Dios te habla a ti; cuando oras, tú hablas a Él”
Rezar es elevar el corazón a Padre Dios y pedirle mercedes.
Rezar es hablar con Padre Dios, quien nos escucha con todo el amor infinito dándonos las soluciones que más nos convienen.
La vida es la maravilla a la que tenemos que corresponder con amor y honesta participación, que son de las mejores formas de orar y pedir perdón y obtener solución.
La oración nos comunica con Padre Dios, y en ese diálogo personal con Padre Dios nos lleva al necesario e imprescindible camino de la santidad, para seguir rezando y amando a Padre Dios.
La oración no tiene fin, solo comienzo, y será más profunda o más superficial dependiendo de nuestra honesta voluntad.
“¡La voluntad y el deseo son fundamentos de la oración!”
Rezar debe ser tan habitual y normal que siempre que podamos la mente rece sin cesar.
Debemos grabar en nuestra mente y en nuestra alma y corazón la indeleble y necesaria voluntad de amar a Padre Dios. Que eso es rezar.
“¡Rezar nos debe llevar a la mediación de las metas a alcanzar para llegar a la santidad!”
El rezo, la oración es el gran medio de hablar con Padre Dios, para mejorar nuestras vivencias y creencias, que son el camino de la santidad.
La santidad debe ser la meta a alcanzar, y para ello rezamos con constante honesta y leal participación de sincero y verdadero amor a Padre Dios.
La oración defiende el alma del mal, eleva la comunicación con Padre Dios, y nos pone en dirección de alcanzar la meta final del cielo en la contemplación de Padre Dios.

Comentarios

Entradas populares