La participación

Por Luis C. García Correa
La participación honesta es tan necesaria para la vida natural, como el aire puro para respirar.

Participar es tomar parte en algo o recibir parte de algo, es estar vivo socialmente, y para participar honestamente se necesitan valores y creencias.

La participación honesta en sociedad es tan necesaria como obligada, sin ella no hay felicidad personal y social, ni libertad personal y social.

La falta de la honesta participación conduce, irremediablemente, a la esclavitud.

La participación atañe a todo ser humano viviente, y desde el mismo nacimiento, como ocurre al llorar para pedir algo.

“¡La participación la necesitamos a lo largo de la vida para ayudar, para que nos ayuden, y para vivir y morir!”

Todos los actos importantes de la vida humana tienen como cimiento el amor y la participación, y si la participación es honesta conduce a la felicidad y a la plena liberta.

El AMOR Y AMISTAD hacen los actos importantes, solidarios y fraternales.

Compartir la vida con el ser amado, es participar en la convivencia por amor.

“¡El alma se colma de alegría y bendiciones cuando somos honestos en nuestra participación en la búsqueda del bien personal y social, sin pedir nada a cambio!”

La economía, la política, la empresa, las asociaciones, todo aquello que implique unión y esfuerzo común necesitan de la participación, y cuando la participación es honesta llevan al bienestar personal y social.

No sé si en épocas remotas ha sido tan necesaria la participación honesta de todo ciudadano vivo. Esta época está cargada de problemas por la falta de una mayoría honesta que participe en la búsqueda del propio bien y del bien de la comunidad, sin pedir nada a cambio.

Hasta tanto no haya esa honesta y participativa mayoría, no habrá libertad, ni felicidad, ni alegría. Con la gran tragedia que aumenta la miseria.

No esperemos que los demás nos arreglen nuestros problemas si nosotros no hemos participado en arreglar los del vecino.

La participación va siempre en varias direcciones, y siempre para sumar. Para sumar esfuerzos, alegrías e ilusiones.

Quien no participa, o quien participa pero no lo hace honestamente, se aleja de la fraternidad y del bien común, separándolo de su felicidad y libertad.

La honesta participación es el logro de la unión, del esfuerzo y hasta de la religión.

La honesta participación llena los vacios de hoy, los de siempre y llega hasta las puertas de la eterna resurrección.

¿Qué es y que debe ser la participación? “¡El repartir y compartir AMOR Y AMISTAD con honestidad!”



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