Mi concepto de autoridad

Por Luis C. García Correa
La autoridad es una de las mayores responsabilidades y honores que puede tener un ser humano viviente.
La autoridad emana de la honestidad.
La lealtad, la honestidad, y el respeto a la libertad y a los demás son cimientos firmes de la autoridad, Sin ellos no hay autoridad sino autoritarismo.
Toda persona se le tiene que tener y ejercer el principio de “la inocencia”.
Actuar con autoridad y condenar con sanciones sin antes haber aplicado ese principio de “la inocencia”, es una forma de actuar dictatorial.
Sancionar como norma es una demostración de ser un maleducado, deshonesto  y abuso de la autoridad.
Por supuesto, es condición sine qua nom que haya un pueblo honesto y educado, de donde emana la autoridad.
Recuerdo que cuando fui a Inglaterra a estudiar me maravillaba ver a los policías avisándoles a los conductores que estaban cometiendo un error. Eso era en los años 50 del siglo pasado. También recuerdo que no llevaban pistolas para no tener la tentación de disparar. Un policía inglés, era un señor sumamente considerado, admirado y protegido por la propia ciudadanía.
Yo he vivido un caso alucinante, que algún día explicaré, por ser un tema largo de explicar.
Pero sigamos con la autoridad.
Tener autoridad es ser reconocido – por lo que es y por lo que hace -  como una persona honesta y leal que trata de hacer las cosas con honestidad y lealtad.
“¡¡¡Regla de diamantes de la autoridad: Honestidad y lealtad consigo mismo y honestidad y lealtad al pueblo que sirve!!!”
Y ese pueblo es, por supuesto, un pueblo honesto y leal consigo mismo y con los demás.
“¡Tener autoridad, y ejercerla con honestidad y lealtad, en la comunidad, es una de las vivencias más reconfortantes e ilusionantes, y mejoran al practicante!”
La autoridad se creó para servir y ayudar, no para sancionar.
Hay quien se merece ser sancionado, y debe ser sancionado porque falta a los deberes de buen, honesto y educado ciudadano.
La autoridad se ejerce por delegación del propio pueblo.
Nadie tiene autoridad por sí mismo, eso es una dictadura.
El amor, honestidad y el ayudar son sinónimos de autoridad.
El abuso de la autoridad ilegitima la autoridad. Deja de ser autoridad.
Benditos y alabados sean las honestas y leales autoridades, de ellos nace y crece la libertad.
“¡La libertad es compartir la honesta unión con la autoridad!”
“¡Todos somos y tenemos autoridad!” Ejercerla y vivirla es una obligación ineludible para poder vivir en libertad.
Uno de los grandes fundamentos de la libertad es la educación y la honestidad. Que, repito, de ellas emana y crece la autoridad.
Para ejercer y practicar la autoridad se tiene que ser muy honesto y educado, teniendo sumo respeto y consideración a quien se le ejerce y aplica la autoridad.
“¡La autoridad es recíproca, va del que ejerce la autoridad al que la recibe, y del que la recibe a quien ejerce la autoridad!”
Benditos y alabados sean los pueblos unidos, honestos y educados que respetan las reglas de urbanidad, y de aquellas autoridades que la ejercen con  educación, honestidad, y lealtad.


“¡¡¡Tener autoridad es ser un ser privilegiado en la sociedad!!!”

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