«Me da miedo entrar en mi zaguán"

C7. Josefa Tejera es la presidenta de la comunidad de vecinos de un edificio del antiguo Patronato en la calle San Daniel, en Tamaraceite. De las ocho familias que los habitaban solo quedan tres. El resto se ha trasladado al inmueble conocido como el de las 72 viviendas, dentro del plan de reposición que se enmarca en el área de renovación y regeneración urbana de esta zona.
El Ayuntamiento tapió el acceso a las moradas que quedaron vacías, pero esos muros fueron derribados por quieres, posteriormente, procedieron a «desvalijarlas», asegura.
Ante esta situación, pidió la actuación del Ayuntamiento capitalino, pues el trasiego de gente que entraba en su portal era tremendo. «Se llevaron el aluminio y todo la que pillaban», explica otra afectada que no quiere que su nombre trascienda.
Así las cosas, la representante de los vecinos explica que mantuvo un encuentro con el edil de Urbanismo, Javier Doreste, en el que le reclamó la intervención del Ayuntamiento para acabar con una situación que genera inseguridad a quienes aún habitan éste inmueble y que ahora conviven con una pareja de okupas. «Le pedí que tapiaran no solo las puertas, sino también las ventanas y me prometió que lo haría. Esto fue hace más de 20 días y me dijo que empezarían en 10, pero no lo han hecho», denuncia.
La falta de respuesta municipal es la que le ha llevado a hacer pública la situación que viven en su edificio. «Después de 51 años, por primera vez en mi vida tengo miedo de entrar en mi zaguán porque no sé lo que me voy a encontrar», dice. Añade que «ahora, cuando entro, le grito a mi hermano para que abra la puerta y subir, y mis dos hijas no entran si no lo hago yo primero».
La presidenta de la comunidad de propietarios de este inmueble ubicado en la calle San Daniel señala que nunca antes tuvo temor de residir en un barrio como Tamaraceite, «pero ahora lo tengo».
Además, se queja de que ella cumple con sus obligaciones como contribuyente pero que el Ayuntamiento no le corresponde. «Yo pago mi impuestos, pago mi contribución», indica.
Critica, asimismo, que la Policía Local no haya atendido sus demandas de ayuda. «He llamado a la Policía mañana, tarde y noche y lo único que me dijeron es que esto está abandonado de la mano de Dios». Además, dice que la animaron a denunciar ante los medios de comunicación. Respecto a las personas que okupan una de las casas, «me dijeron que no los podían echar».

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