La acera, cuarenta años después

C7. Hay en Los Giles un sendero marcado por una hilera de piedras. Hasta ahora era la alternativa que tenían los peatones para salir del barrio sin jugarse el físico compartiendo asfalto con el coche, por una carretera oscura y que invitaba a la velocidad. Desde hace menos un mes, en cambio, los caminantes del barrio tienen ya una acera, que ayer fue inaugurada de modo oficial.

«Antes no se podía caminar», resume Manuel Pérez, quien durante veintitrés años repartió el pan en las casitas del barrio, las que se iban haciendo «cuando había un puñito de dinero».

Cuarenta años después, la longeva aspiración de Los Giles por una acera que condujera a Tamaraceite toma cuerpo gracias a un manto de hormigón de 2,5 metros de ancho y 1,5 kilómetros de largo en el que el Ayuntamiento y el Cabildo se han gastado 228.258 euros. La obra también ha permitido instalar tres pasos de peatones con bandas de rodadura para reducir la velocidad de los coches y dos paradas de guagua nuevas. En algunos tramos se ha colocado barandillas. Queda por rematar, ya en una segunda fase para la que se está buscando dinero, la instalación de luminarias.

Tanto el presidente del Cabildo insular, Antonio Morales, como el alcalde, Augusto Hidalgo, destacaron la importancia de acometer obras que acercan los barrios a los núcleos centrales de la ciudad.

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