Diario de un cura: Me siento bien

Por Jesús Vega Mesa
La semana santa ofrece muchas oportunidades para escuchar a la gente. A la iglesia se acercan en estas fechas bastantes personas a las que no ve uno con frecuencia. Algunas personas mayores hacen un esfuerzo, no siempre fácil, por acercarse al templo o acompañar una procesión. Cuando pregunto a una señora mayor que cómo está, espero una respuesta como esta:
-Mal. Me duelen los huesos, me canso mucho, apenas puedo caminar…
Pues no, en esta semana santa he ido de sorpresa en sorpresa.
Juanita, que ha estado más de un año con depresión, me responde que está muchísimo mejor y entusiasmada.
Dieguito, que camina muy despacio, pasito a pasito, y que hace poco se accidentó, dice el hombre que Dios le está dando fuerzas y que está bien.
Layito camina con dos bastones y nunca se queja. Al contrario, sólo sabe dar gracias a Dios y a quienes le ayudan. Dice que va tirando bien. 

Rosarito y Juanito, siempre juntos, y que deben trasladarse en taxi para ir a misa, no se pierden una procesión. Se agarran del trono para poder participar sin caerse. Y con voz tenue siempre dicen que están mejorcitos.

La señora que padece un cáncer y ha estado más de un año en el hospital me dice que está bienísimo, aunque la enfermedad no se haya parado ni mucho menos.

Qué gente más positiva. Qué gente más creyente. Qué lección más hermosa de tantas personas mayores que, aunque tengan muchos sufrimientos por dentro y por fuera no quieren que otros también sufran. Y por eso dicen lo que a mí también me gustaría decir siempre. Me siento bien.

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