DESMORALIZADO CREYENDO QUE UN DÍA …

Por Antonio Domínguez
La Justicia, un término con el que a todos se nos llena la boca pero con el que pocos tenemos amistad sincera. El asunto legal, o más bien ilegal, del Excelentísimo Ayuntamiento de San Lorenzo con el de Las Palmas, está llegando a extremos nada agradables. Por eso, nuestro objetivo es luchar para desviar el cauce hacia la dignidad que San Lorenzo merece.

Y, como en cualquier empresa en aras de la Justicia, necesitamos aliados. Podría ayudarnos, por ejemplo, aquella jurista argentina que quiere limpiar la inmundicia del planeta con o sin ayuda. A esa extraordinaria magistrada le pido, aunque estemos tan lejos de ella, que, por favor, haga algo por nosotros; y que repita aquí los grandes servicios que ya está haciendo allí contra la injusticia de los holocaustos, indignándose por igual tanto ante veinte muertos como ante cuatrocientos. ¡Qué bello corazón el suyo! Sí, le imploro que haga algo por nosotros, pues, aunque haya por ahí vocingleros que se atreven a afirmar que el robo carece de interés periodístico, los gobernantes pueden y deben indemnizarnos por la violencia sufrida.

Y aun con todo, aun con nuestro Excmo. Ayuntamiento resucitado del todo, sufrirá mucho por la que se le viene encima después: barrancos y barranquillos sobrecargados de casas enormes como montañas y caminos insuficientes, con entradas y salidas a la altura de las calzadas romanas; eso sí, con menos hoyos. Pero, a pesar de todo ello, ganaremos nuestras legítimas reivindicaciones; y lo digo con la confianza de los que pertenecemos al primer mundo y de los que sabemos que esto no es Venezuela, gobernada por el chófer de la guagua que, a su vez, es ayudado por el chiquillo que no ha leído a Kant. Y los de abajo recurrirán a todo lo que se puede recurrir, ya lo creo; eso nunca falla. Por ello, seguramente estaremos condenados a asistir al tribunal especialista en desenterrar crímenes de lesa humanidad y que, al menos en nuestro caso, ha funcionado gracias a la asquerosidad de la extorsión y la fuerza de las armas.

En teoría, o eso dicen, el cabildo puede arreglar el asunto de un plumazo; y es que, con permiso de Tenerife, que gobierna las siete, es el cabildo el organismo competente para establecer las fronteras de los dos ayuntamientos. A ver si para variar un día tenemos un presidente que tenga lo que hay que tener y proponga al fin soluciones acertadas, y no uno que juega a las casitas, planta tuneras y cuya  neurosis “gasítica” ha acabado derivando en clarísima locura; que yo a estas alturas, por cierto, optaría por ponerle de una vez la camisa de fuerza y llevarlo a Psiquiatría en el Doctor Negrín. Mire usted, presidente, le recuerdo que esta isla no solo es sólida y líquida, sino que, entre esos dos estados, está también el del robo, pues hay un ayuntamiento impunemente robado por el otro. Y en dicho estado, el atacante, que es el Ayuntamiento de Las Palmas, lleva ya la friolera de ochenta años escacharrando al Excelentísimo Ayuntamiento de San Lorenzo, que malvive atrabancado sobre sus barranquillos. ¿Por qué no deshace ya este entuerto? ¡Haga algo y dé órdenes, hombre, que para eso está!

¿Se dignará el señor presidente a atender mis demandas, que son el reflejo de las demandas de muchos indignados que están deseando que cambie un poco la situación? Ojalá. La esperanza es lo último que se pierde.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bravo Antonio.
Es como tu dices,no tienen lo que tienen que tener. Que devuelvan nuestro ayuntiento Ya. Pues no han sido suficiente 80 años de desagravio y escarnio.

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