Cardona pudo evitar el ruido de Tamaraceite que ahora denuncia

C7. El exalcalde Juan José Cardona traslada a los tribunales la oposición que no logra imponerse a la gestión del tripartito capitalino. Para ello pretexta un interés por «lo público respecto al agua capitalina» que, durante su gestión, «sumió en  una parálisis inversora y administrativa que afecta de manera crítica a la depuración».

Las depuradoras de Tamaraceite y Tenoya, finalmente recepcionadas en febrero último del Gobierno canario, su promotor, centran las maniobras «obstruccionistas», según las fuentes consultadas, de Cardona con el objetivo último de lograr la paralización del proceso de entrada en servicio de ambas instalaciones.

En esta «irresponsable tarea» –según medios que informan a CANARIAS7-, Cardona no duda, incluso, en «utilizar el dolor ajeno, en este caso el perjuicio que a los ciudadanos del entorno urbano de Tamaraceite está  ocasionando la contaminación acústica que origina las deficiencias constructivas ya identificada por la operadora».

Desde marzo del pasado año, Cardona conoce tal contaminación acústica, directamente,  a través de un escrito que,  de su puño y letra,  le dirigió por registro la vecina de la zona B.P.G En aquella fecha, 13 de marzo de 2015, aún no se habían celebrado las elecciones municipales que, finalmente,  desalojaron a Cardona del gobierno municipal. Y, en esa misma fecha, el funcionario Rafael Bolívar era el interventor del Servicio Municipal del Agua en Emalsa y jefe de la Unidad Técnica Municipal.

La denuncia de la vecina, cuya integridad física y defensa de sus derechos defiende ahora Cardona, dirigida directamente a él como alcalde, no produjo el efecto que hubiera sido deseado. Los ruidos entonces denunciados por B.P.G. se manifestaron  durante los días que la UTE constructora realizó la primera y única prueba de puesta en marcha de las instalaciones con agua. Tras aquella primera experiencia, la planta quedó paralizada hasta la puesta en marcha definitiva que inició Emalsa a fínales de julio. Aquel fue el momento en el que, Cardona debió advertir al Gobierno canario para que este pudiera haber exigido a los constructores de la instalación  la subsanación de tal defecto en la construcción.

Sin embargo, la política de Cardona,  que durante su legislatura persiguió el rescate de la concesión a Emalsa, dilató el proceso de recepción de ambas depuradoras,  con la intención de impedir su integración  en el inventario hídrico de la ciudad que opera la concesionaria.

Aquellos defectos la instalación de Tamaraceite no fueron subsanados y cuando en febrero último el tripartito la recepcionó  tan solo se conocían las incidencias que Emalsa pudo detectar con la planta sin tratar agua.

Una vez adscrita la instalación al sistema de depuración de la ciudad, los servicios municipales,  con Emalsa  gestionaron las pertinentes autorizaciones administrativas de vertidos para su puesta en marcha; se logró la contratación del suministro eléctrico y se inició el proceso de puesta en marcha a finales de julio, ya con el tratamiento de las aguas.

Finalmente, la puesta en marcha se inició antes de que venciera el periodo de garantía contra el que el Gobierno canario dispone de un fondo próximo a los 900.000 euros para hacer frente a los gastos que requiera la reparación de defectos que puedan existir. Y estos son los defectos que  ahora Cardona utiliza como bandera para oponerse al tripartito, logrando, incluso, llevar a los tribunales su objetivo «utilizando» la denuncia que ha presentado la vecina que padece la contaminación acústica que él, conociéndola por el escrito de B.P.G.,  cuando era alcalde,  no trató de subsanar.

En el último pleno de la corporación,  el propio Cardona defendió su inmediata paralización en tanto se resuelven los problemas de la contaminación. Su pretensión fue desestimada.

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