La sencillez de lo trascendental

Por Luis C. García Correa
Lo trascendental es sencillo porque es lo que todos vivimos.
Nadie vive fuera de lo trascendental, se crea o no.
Trascender es la gran magnitud del ser humano, algo de lo que carecen los demás seres vivientes.
Trascender es ir más allá de las posibilidades humanas.
¿Quién no trasciende? Todos, se crea o no, todos trascendemos y llegamos al sagrado y necesario Más Allá.
Trascender es llegar al Más Allá.
Se crea o no, no hay límite que impida al ser humano trascender.
Benditos sean los que aceptan, ruegan y esperan en la trascendencia: de ellos es el reino de la ilusión, de la esperanza y de la feliz eternidad.
¡Trascender es llegar al Más Allá, y sin retorno ni vuelta, para vivir la eternidad!
La vida es una maravilla y con ella hay que buscar el sendero de la verdad para llegar a la plena felicidad de la eterna transcendía en la libertad.
¿Cómo explicar cómo se llega y se vive la trascendencia? Con la fe.
¡La fe es una virtud regalada, que ilusiona e ilumina el camino de la trascendencia, el camino del Más Allá!
Se crea o no, todos trascendemos por la simple razón de que hay poderes más allá de las posibilidades humanas, que existen como la propia vida y la eternidad.
¡Nadie se ha creado a si mismo! Todos procedemos de la unión de dos seres humanos y ellos de otros y así llegar al principio y al final de la eternidad.
La sencillez de la trascendencia, la sencillez de lo trascendental radica en la verdad.
“¡La verdad nos hará libres!”
¿Qué es la verdad? La verdad es a donde vamos todos si vivimos de acuerdo a la verdad, por la búsqueda incansable de la verdad y la verdad llegará.
La sencillez de la trascendencia radica en que es una necesidad y una realidad.
La sencillez de lo trascendental es tratar de vivir la verdad.
La sencillez de lo trascendental es vivir la realidad.
La realidad es la sencillez de lo trascendental………..

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