Tamaraceite, ¿qué te queda?

Por Pedro Domínguez Herrera
En unas cuantas décadas, Tamaraceite ha reducido de tamaño quedando circunscrito a unas cuantas calles. La Montañeta, la Iglesia con su destartalada plaza y la Carretera General, últimamente con un solo sentido de tráfico que hace imposible moverse dentro del pueblo sin tener que salir al “extranjero”. Dicho sea de paso los comerciantes de la zona de la Cruz del Ovejero hicieron oídos sordos a las advertencias que alguien les transmitió sobre que a la larga sería nefasto para sus intereses y así ha sido.

Volviendo a las cuantas décadas si se analizan las actuaciones municipales para con nuestro pueblo, se tiene la seguridad de que a Tamaraceite ni agua, ni entendimiento ni la mas mínima consideración. Nos lo han quitado todo y no han dado nada. Nos encierran creando una burbuja urbanística no han sido capaces de hacer ni un solo parque…

Todo lo que atañe a nuestro pueblo lo hacen con alevosía como si quisieran hacer daño. La muestra se podría sustentar solo con lo que hace guaguas municipales. Una línea 47 que aquí se ha pedido la línea Exprés dado que el recorrido que hace la actual se debería socorrer con otra mas ágil ya que para que se enteren de una vez Tamaraceite siempre ha tenido una relación laboral muy fuerte con la zona portuaria y con la Playa de las Canteras con la que nos une un vínculo muy especial..

Mientras que la 47 entra y sale a todo barrio que se encuentra a su paso, la 44 se va por la parte alta del pueblo por una autopista en la que no viven ni los lagartos (a los que le han pasado el tractor) dejando miles de viajeros a la suerte de la 47 ¿Si esto no es maldad administrativa? Sería algo peor.

Si observamos los nombres de las calles que nos circundan ¿ Dónde está la de Jesús  Arencibia? Nuestro insigne pintor. Para más burla y hacer daño a nuestra identidad como pueblo las mejores calles de nuestro entorno las nominan con otros pintores, para que no quede duda, no con otras destacadas personalidades. Pintores para que se note el envite. Otra que se rotule con  Doña María Villegas un callejón quién sabe donde, a una benefactora de este pueblo que desarrolló una industria en la que se producían los famosos bizcochos de Tamaraceite, los que mencionaba Galdós como un apasionado de ellos.

Por lo dicho y por lo que no se ha dicho, sigan así señores… quítense la careta que esta pobre gente de Tamaraceite no se merece tanta crueldad y pasión con que nos tratan de ningunear. Ya el trabajo lo tienen hecho, ya no nos queda nada. Ya el entretenimiento del campo de golf. para que mirásemos para otro lado lo del gran corredor verde… El único daño que les queda  hacernos es mantener el estado vergonzoso de la Plaza del pueblo y el asunto de las guaguas mientras que nuestros impuestos se los gastan en carnavales y otros asuntos. Mejor callar. Tengan vergüenza y al menos pidan perdón por tanta tropelía “institucional” 

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