Perder el tiempo

Por Luis C. García Correa
Decía el clásico Séneca: “No es que tengamos poco tiempo, es que hemos perdido mucho”.
¿Qué entiendo por perder el tiempo? No hacer el bien.
Se pierde el tiempo tanto por activa como por pasiva. Se pierde tanto al hacer el mal como al no hacer el bien pudiendo hacerlo.
La vida es muy corta, de valor incalculable. Somos los únicos que podemos hacer determinados hechos, y sus consecuencias son únicas…
Sentarse a mirar el vacío del tiempo sin hacer nada –hay jubilados que lo hacen– es una manera de perder el tiempo cuando hay tanto por hacer.
¿Qué problema tiene mi vecino y que yo pueda ayudarle, o al menos que sepa que me ofrezco, que ya es una enorme alegría?
¿En qué puedo ayudarle? ¡Benditas palabras que han solucionado muchísimos problemas dando una enorme alegría a ambos!
¿Ha tenido alguna vez necesidad de ayuda y no le han atendido, quizás 
por dejación de quien podía haberle ayudado?
Si lo sabe y lo ha vivido: ¡por favor! ayude. No pierda el tiempo.
Ofrezca su ayuda, aún sabiendo que no puede ayudarle del todo en ese caso concreto, para que esa persona sepa que usted es su amigo, o su bien conocido o vecino con quien puede contar cuando lo necesite. Le garantizo que además le devolverá, con muchas probabilidades, un favor de mayor importancia. La gente es bien nacida.
“No es que tengamos poco tiempo, es que hemos perdido mucho”.

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