Comelón suelta el plato

Por Pedro Domínguez
En la época de la posguerra de la revolución cubana, sobre las doce del mediodía, hora en que la mayoría de los cubanos almorzaban, se oía por las emisoras de radio una canción que a exprofeso tenía un estribillo casi mareante que decía : ¡Comelón suelta el plato¡. No bastaba con racionalizar la comida, había que mentalizar “ a la Revolución “ para que hubiera para todos, creando una especie de culpabilidad sicológica para el que quería saciar sus necesidades alimenticias.

Esto viene a cuento a que hace unos días observé a un caminante de los de por receta médica, a uno de esos que una analítica por sorpresa le revela que tiene los marcadores… tan altos que se la esta jugando.

Le mandaron a caminar como si esto fuese la solución. Le noté como “avergonzado” de que le viesen caminando a él que hasta para comprar el pan cogía el coche, mientras le miraba recordé lo que le dijo un medico aquí en Tamaraceite a una señora que le pidió tratamiento para adelgazar a lo que el médico le espetó: ¡Coma menos señora!

Regímenes hay para todos los gustos y también unas creencias de que el pan engorda y menos el de molde al que se le pone hasta azúcar en su elaboración; lo que es peligroso para la dieta es lo que acompaña  el pan, embutidos, salsas…

Hay otra creencia que lo verde frutas ensalada…no aumentan las orondas líneas. Las vacas si están bien comidas de hierba producen carne y leche muy ricas en grasas.

Hay muchas formas para no subir de peso, dietas milagro, diuréticos, caminar kilómetros a diario para quemar lo que se come…

La solución a este galimatías de cómo lograr una línea corporal adecuada es comer de todo pero muchísimo menos.

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